MICROMISIÓN SIMÓN RODRÍGUEZ: UNA CONCEPCIÓN DE LA
EDUCACIÓN QUE QUEREMOS PARA EL FORTALECIMIENTO DEL CONOCIMIENTO SOCIAL DE
NUESTRA PATRIA LIBRE
AUTORAS:
YSABEL
GÁMEZ
ANGÉLICA
BOLÍVAR
“Sin educación popular no habrá una verdadera sociedad”. Simón Rodríguez
Durante un tiempo significativo se ha venido observando debilidades en la educación venezolana, porque hemos repetido patrones estancados y arcaicos fuera de nuestra realidad. Por ello, el Estado vio la necesidad urgente de crear espacios para la formación de profesionales de la educación media que se especialicen en áreas del conocimiento, con una nueva concepción transformadora del sistema educativo actual, construyendo alternativas para mejorar la sociedad educacional a través de una pedagogía liberadora, crítica que respete la forma, el modo y las incertidumbres que vayan surgiendo en el proceso de aprendizaje de acuerdo al contexto.
MICROMISIÓN SIMÓN RODRÍGUEZ
Este programa pretende formar
profesoras y profesores promotores de la transformación educativa y social de
la educación media, de la apropiación, adecuación, creación e innovación de
conocimientos… y formadores y formadoras en los valores de la solidaridad, la
cooperación, la igualdad y la justicia, para la construcción de la nueva
ciudadanía participativa y protagónica. (Gaceta Oficial 40.468 MMSimón
Rodríguez).
De manera específica, este programa
tiene como fin formar profesionales por tanto, hace constante y viva la lectura y la escritura en todas las
actividades formativas que se planifican para reflejar un nivel alto de
procesos de comprensión y producción. La lectura debe ser fluida, adecuada al
texto que se lee, agradable a la escucha, que permita comprender lo leído. Una
escritura que manifieste el uso adecuado de los elementos constitutivos de la
lengua escrita a nivel morfosintáctico, gramatical y pragmático, de tal manera
que lo escrito tenga coherencia, cohesión y sentido.
Además, en colectivo se expresan las
expectativas sobre el proceso formativo
tomando en cuenta lo académico, personal y social, a fin de establecer
los compromisos y responsabilidades de su actuación, en el caso específico del
facilitador y del participante. La
discusión de las perspectivas también proporciona establecer los acuerdos del
proceso evaluativo, que es de carácter cualitativo, sustentado en el uso de
registros que permitan evidenciar los logros, avances y dificultades a vencer.
Los registros son llevados tanto por el facilitador, como por los participantes.
LA PEDAGOGÍA CRÍTICA Y DEL
AMOR
Son un conjunto de prácticas y
apuestas pedagógicas alternativas que tienen como propuesta una enseñanza que
permite el cuestionamiento y el rechazo a la dominación. Por tal razón, las
figuras de poder que operan en las sociedades son revaluadas por la crítica que
emerge de esta postura pedagógica, son una relación constante entre teoría y
práctica en la que se busca alcanzar un pensamiento crítico que implique un
actuar protagónico en la sociedad.
“Solo
educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto
de ser educados por los educandos” Freire Paulo. Partiendo
de esta premisa fácilmente se explica el propósito de la pedagogía crítica y
del amor, todo docente debe tener en cuenta que es un ser creador de
ciudadanos, de pensadores, de buscadores de
saberes y es a través de la educación liberadora que logrará personas
libres de pensamiento y llenos de ética, sabiendo que nunca se deja de
aprender.
De acuerdo a esto, se puede decir la
importancia de construir un marco para la gestión del sistema educativo que
permita el desarrollo de una acción coherente en lo relativo a la formación
docente. Es necesario avanzar en la construcción de una política de formación,
no se trata de perfeccionar lo que se hace, sino de estar consciente de esa
acción y buscar la forma de hacerlo bien, esto con el fin de que a su vez se
formen seres críticos, analíticos, participativos y protagónicos.
LA EDUCACIÓN QUE QUEREMOS
"El
maestro de niños debe ser sabio, ilustrado, filósofo y comunicativo, porque su
oficio es formar hombres para la sociedad" Simón Rodríguez.
Diversos análisis de la realidad
educativa confirman que un elemento determinante para conseguir un sistema
educativo de calidad, es el docente. Una sólida formación académica y
profesional, una elevada capacidad de análisis y reflexión sobre nuestra praxis
educativa, una profunda convicción de la validez del trabajo en equipo, una
capacitación para adaptar el quehacer a
los avances del conocimiento científico, técnico y pedagógico son garantes de
una actuación sistemática y coherente en la organización escolar dentro y fuera
del aula.
Sin
embargo, la práctica docente no es más, que el diario accionar en el salón de
clase, es la crítica, es el cuestionamiento, es dudar de lo que estamos haciendo, es asumir que cada
vez que nos enfrentamos a un grupo estudiantil, no debemos poner a prueba
nuestro conocimiento, ya que ni está acabado, ni es completo y mucho menos
perfecto. Es precisamente el ejercicio de esta profesión, lo que nos enseña
cuantas necesidades de saber tenemos, esto significa que ser docente es, asumir
y perfeccionar la práctica, como algo fundamental, donde los sujetos que en
ella intervenimos, somos importantes en la medida que asumimos que la construcción del conocimiento es a través
de las experiencias y vivencias y de cómo las adaptamos a nuestra realidad.
En
este momento es importante preguntarnos: ¿cuál es el papel que debemos tener
como docente en los cambios y transformaciones que se están implantando para
romper los viejos esquemas educativos, no cónsones con los tiempos que estamos viviendo? Para la construcción de la sociedad que queremos,
nosotros los docentes debemos tener un perfil de alta vocación y preparación,
que fomente el mejoramiento, que promueva en los estudiantes verdaderos
aprendizajes que le sirvan para la vida, para ser hombres y mujeres honestos,
responsables, críticos y participativos.
No
obstante sabemos, que el rendimiento estudiantil en los últimos años ha bajado
considerablemente, esto se debe, quizás, a falta de motivación tanto desde el
hogar como en las instituciones educativas, y por la falta de nuevas
estrategias que permitan que los chicos y chicas avancen en cuanto a los
procesos de lectura y escritura, de análisis y crítica, de reflexión y
participación. Hay que hacerles saber a los estudiantes que están siendo educados
para la vida, para ser buenos ciudadanos, buenos jefes de familia, buenos
trabajadores, buenos seres humanos llenos de valores que avalen el bienestar
social que queremos hallar a corto plazo. Pues, la juventud debe entender que
ellos no son el futuro del país son el reflejo de lo que somos como nación.
Es
por ello, que tenemos que hacerles comprender que son sujetos llenos de
derechos y deberes, que están llenos de multidisciplinas que fácilmente
fomentan el desarrollo social del país. ¿O acaso es difícil ver la capacidad
racional de nuestros jóvenes? Están llenos de saberes, están en constante
evolución y transformación que debemos aprovechar como docentes para hacerlos
partícipes de sus culturas, políticas y aprendizajes cognitivos y prácticos. Los
docentes debemos facilitar y promover el conocimiento y los estudiantes deben
comprender que son ellos los verdaderos y auténticos constructores del mismo.
Para
finalizar, hoy más que nunca, tenemos el deber moral y ético de mejorar nuestra
práctica educativa, ya que está en manos de nosotros, los docentes, cambiar el
paradigma de la educación tradicional por una educación de construcción
colectiva, de participación activa entre los jóvenes y los facilitadores. Así
pues, tomando en cuenta las ideas de Freire
“Todo tiempo educativo es tiempo de preguntas y respuestas, sabiendo lo
importante que es responder a las curiosidades y necesidades del estudiante
poniendo en práctica la pedagogía del amor y sobre todo la pedagogía crítica” En este sentido, podemos alcanzar los
propósitos en la Educación Media de nuestro país, el cual es formar y
transformar seres capaces del pleno desarrollo de su personalidad y el logro de
hombres y mujeres sanos, cultos y aptos
para convivir en una sociedad
democrática, en una patria libre.