lunes, 15 de febrero de 2016

MICROMISIÓN SIMÓN RODRÍGUEZ

MICROMISIÓN SIMÓN RODRÍGUEZ: UNA CONCEPCIÓN DE LA EDUCACIÓN QUE QUEREMOS PARA EL FORTALECIMIENTO DEL CONOCIMIENTO SOCIAL DE NUESTRA PATRIA LIBRE
 
AUTORAS:
YSABEL GÁMEZ
ANGÉLICA BOLÍVAR

“Sin educación popular no habrá una verdadera sociedad”. Simón Rodríguez

Durante un tiempo significativo se ha venido observando debilidades en la educación venezolana, porque hemos repetido patrones estancados y arcaicos fuera de nuestra realidad. Por ello, el Estado vio la necesidad urgente de crear espacios para la formación de profesionales de la educación media que se especialicen en áreas del conocimiento, con una nueva concepción transformadora del sistema educativo actual, construyendo alternativas para mejorar la sociedad educacional a través de una pedagogía liberadora, crítica que respete la forma, el modo y las incertidumbres que vayan surgiendo en el proceso de aprendizaje de acuerdo al contexto.

MICROMISIÓN SIMÓN RODRÍGUEZ
          
      Este programa pretende formar profesoras y profesores promotores de la transformación educativa y social de la educación media, de la apropiación, adecuación, creación e innovación de conocimientos… y formadores y formadoras en los valores de la solidaridad, la cooperación, la igualdad y la justicia, para la construcción de la nueva ciudadanía participativa y protagónica. (Gaceta Oficial 40.468 MMSimón Rodríguez).
          De manera específica, este programa tiene como fin formar profesionales por tanto, hace constante y viva  la lectura y la escritura en todas las actividades formativas que se planifican para reflejar un nivel alto de procesos de comprensión y producción. La lectura debe ser fluida, adecuada al texto que se lee, agradable a la escucha, que permita comprender lo leído. Una escritura que manifieste el uso adecuado de los elementos constitutivos de la lengua escrita a nivel morfosintáctico, gramatical y pragmático, de tal manera que lo escrito tenga coherencia, cohesión y sentido.
          Además, en colectivo se expresan las expectativas sobre el proceso formativo  tomando en cuenta lo académico, personal y social, a fin de establecer los compromisos y responsabilidades de su actuación, en el caso específico del facilitador y del  participante. La discusión de las perspectivas también proporciona establecer los acuerdos del proceso evaluativo, que es de carácter cualitativo, sustentado en el uso de registros que permitan evidenciar los logros, avances y dificultades a vencer. Los registros son llevados tanto por el facilitador, como por los participantes.
         

LA PEDAGOGÍA CRÍTICA Y DEL AMOR
          Son un conjunto de prácticas y apuestas pedagógicas alternativas que tienen como propuesta una enseñanza que permite el cuestionamiento y el rechazo a la dominación. Por tal razón, las figuras de poder que operan en las sociedades son revaluadas por la crítica que emerge de esta postura pedagógica, son una relación constante entre teoría y práctica en la que se busca alcanzar un pensamiento crítico que implique un actuar protagónico en la sociedad.
Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos” Freire Paulo. Partiendo de esta premisa fácilmente se explica el propósito de la pedagogía crítica y del amor, todo docente debe tener en cuenta que es un ser creador de ciudadanos, de pensadores, de buscadores de  saberes y es a través de la educación liberadora que logrará personas libres de pensamiento y llenos de ética, sabiendo que nunca se deja de aprender.
           De acuerdo a esto, se puede decir la importancia de construir un marco para la gestión del sistema educativo que permita el desarrollo de una acción coherente en lo relativo a la formación docente. Es necesario avanzar en la construcción de una política de formación, no se trata de perfeccionar lo que se hace, sino de estar consciente de esa acción y buscar la forma de hacerlo bien, esto con el fin de que a su vez se formen seres críticos, analíticos, participativos y protagónicos.


LA EDUCACIÓN QUE QUEREMOS
           "El maestro de niños debe ser sabio, ilustrado, filósofo y comunicativo, porque su oficio es formar hombres para la sociedad" Simón Rodríguez.
Diversos análisis de la realidad educativa confirman que un elemento determinante para conseguir un sistema educativo de calidad, es el docente. Una sólida formación académica y profesional, una elevada capacidad de análisis y reflexión sobre nuestra praxis educativa, una profunda convicción de la validez del trabajo en equipo, una capacitación para adaptar el quehacer  a los avances del conocimiento científico, técnico y pedagógico son garantes de una actuación sistemática y coherente en la organización escolar dentro y fuera del aula.
          Sin embargo, la práctica docente no es más, que el diario accionar en el salón de clase, es la crítica, es el cuestionamiento, es dudar de  lo que estamos haciendo, es asumir que cada vez que nos enfrentamos a un grupo estudiantil, no debemos poner a prueba nuestro conocimiento, ya que ni está acabado, ni es completo y mucho menos perfecto. Es precisamente el ejercicio de esta profesión, lo que nos enseña cuantas necesidades de saber tenemos, esto significa que ser docente es, asumir y perfeccionar la práctica, como algo fundamental, donde los sujetos que en ella intervenimos, somos importantes en la medida que asumimos que  la construcción del conocimiento es a través de las experiencias y vivencias y de cómo las adaptamos a nuestra realidad.

          En este momento es importante preguntarnos: ¿cuál es el papel que debemos tener como docente en los cambios y transformaciones que se están implantando para romper los viejos esquemas educativos, no cónsones  con los tiempos que estamos viviendo? Para  la construcción de la sociedad que queremos, nosotros los docentes debemos tener un perfil de alta vocación y preparación, que fomente el mejoramiento, que promueva en los estudiantes verdaderos aprendizajes que le sirvan para la vida, para ser hombres y mujeres honestos, responsables, críticos y participativos.
          No obstante sabemos, que el rendimiento estudiantil en los últimos años ha bajado considerablemente, esto se debe, quizás, a falta de motivación tanto desde el hogar como en las instituciones educativas, y por la falta de nuevas estrategias que permitan que los chicos y chicas avancen en cuanto a los procesos de lectura y escritura, de análisis y crítica, de reflexión y participación. Hay que hacerles saber a los estudiantes que están siendo educados para la vida, para ser buenos ciudadanos, buenos jefes de familia, buenos trabajadores, buenos seres humanos llenos de valores que avalen el bienestar social que queremos hallar a corto plazo. Pues, la juventud debe entender que ellos no son el futuro del país son el reflejo de lo que somos como nación.
          Es por ello, que tenemos que hacerles comprender que son sujetos llenos de derechos y deberes, que están llenos de multidisciplinas que fácilmente fomentan el desarrollo social del país. ¿O acaso es difícil ver la capacidad racional de nuestros jóvenes? Están llenos de saberes, están en constante evolución y transformación que debemos aprovechar como docentes para hacerlos partícipes de sus culturas, políticas y aprendizajes cognitivos y prácticos. Los docentes debemos facilitar y promover el conocimiento y los estudiantes deben comprender que son ellos los verdaderos y auténticos constructores del mismo.
          Para finalizar, hoy más que nunca, tenemos el deber moral y ético de mejorar nuestra práctica educativa, ya que está en manos de nosotros, los docentes, cambiar el paradigma de la educación tradicional por una educación de construcción colectiva, de participación activa entre los jóvenes y los facilitadores. Así pues, tomando en cuenta  las ideas de Freire “Todo tiempo educativo es tiempo de preguntas y respuestas, sabiendo lo importante que es responder a las curiosidades y necesidades del estudiante poniendo en práctica la pedagogía del amor y sobre todo la pedagogía crítica”  En este sentido, podemos alcanzar los propósitos en la Educación Media de nuestro país, el cual es formar y transformar seres capaces del pleno desarrollo de su personalidad y el logro de hombres y mujeres sanos, cultos y aptos  para convivir en una sociedad  democrática, en una patria libre. 








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